Educar con el ejemplo. La herencia emocional
“Tus hijos te aprenden a ti”
Por Carmen Boix. Mentora de vidas nuevas y experta en coaching.
Tú eres el espejo donde tus hijos se ven reflejados en un proceso inconsciente que modela su personalidad futura, sus relaciones y sus gustos o preferencias. Un proceso que se viene repitiendo generación tras generación y al que hay que prestar atención si de verdad queremos unos hijos felices que conformen sociedades más sanas y por ende un mundo mejor.
Doy por hecho que como todos los padres del planeta quieres ser un buen ejemplo para tus hijos y quieres ser para ellos una guía que les ayude a vivir con la máxima felicidad posible, al menos, es lo que contestan todos los padres que vienen a consulta a trabajar algo que les está pasando con sus hijos. Pues bien, ya lo decía María Montessori, y es que nuestras mejores intenciones no bastan para ayudar a nuestros hijos a convertirse en todo lo que vinieron a ser, es necesario un proceso consciente de autosanación de nuestras propias heridas infantiles para no repetir procesos, ya sea por lealtad o por polaridad.
Si leíste el último post ya sabrás un poco de que te hablo. En él te cuento cómo tu inconsciente dirige tu vida por tí, y es que en realidad, ahí está la clave de todo lo que nos pasa, de todos los conflictos que vivimos y de todo los que no conseguimos mejorar en nuestras vidas. En este caso, tu subconsciente ya ha decidido por tí qué papa o mamá vas a ser y lo más normal, o lo que les pasa a la mayoría, es que esté en conflicto con el tipo de padre que tu conscientemente te has propuesto ser. Lo descubrirás, justamente, por los conflictos que vas tener con tus hijos durante toda tu vida.
¡Fíjate qué gran maestro ha venido a ser tú hijo para ti!
¿Puedes lograr ver el alcance de lo que te cuento?, tan grande como que dejarles un mundo mejor depende de tu autosanación como adulto. En este caso, como padre o madre, será necesario revisar tu historia con los tuyos y así, dejar de heredar lo que nuestros padres no supieron resolver emocionalmente.
Los impactos emocionales importantes también se heredan, y el ambiente que se dio en el núcleo de una familia durante el desarrollo de un niño, como: infidelidades, traiciones, discusiones recurrentes, gritos, relación con el dinero, tendencias depresivas o neurosis, cambia la expresión géncia provocando síntomas y enfermedades. La epigenética es la ciencia que estudia los cambios que el ambiente produce en la expresión génética sin modificar la estructura del ADN y que son heredables. Bruce Lipton lo explica magistralmente en su libro, “La biología de la creencia”, un libro que tendría, desde mi punto de vista, que ser de obligada lectura para cualquiera que pretenda ser verdaderamente dueño de su vida y responsable de lo que va a traspasar a sus hijos, para ser plenamente consciente de cómo el ambiente emocional determina quiénes somos como adultos y qué adultos van a ser nuestros hijos.
Así ocurrió
Forjaste tu programa sin saberlo, a partir de lo que tú viviste con tus propios padres, hiciste balance en base a placer o dolor y lo que dolió lo mandaste a "la sombra" (término que acuñó el famoso psiquiatra Carl G. Jung) para no volver a sufrir, lo escondiste en lo más hondo de ti, negándolo o reprimiéndolo, pero lo que no sabes es que tu hijo formará un espejo reflejando eso que tú posiblemente ni recuerdas y ni eres consciente. Esos conflictos por resolver no vistos y no sanados siguen operando en ti por debajo del nivel de la consciencia haciendo que proyectes en tu pequeño y hasta de adultos, tus frustraciones, tus expectativas, tus heridas y tus miedos.
Como profesional del sector, no sabes los adultos que a día de hoy vienen a consulta con conflictos con sus hijos y todo lo que les pasa viene influenciado por sus infancias no resueltas, diría que es el origen de casi todos los conflictos que vivimos como adultos y como humanidad. Esos procesos normalmente impiden que le veas tal como es y no le estan dejando ser lo que ha venido a ser. La gran mayoría de los conflictos con los hijos y con el mundo nacen de tu niño interior no sanado y de una programación mental basada en valores que nos obligan a nunca sentirnos suficientes es decir, inseguros, activando conductas de todo tipo para mostrarnos al mundo con una mascara que esconde nuestros miedos e inseguridades.
Nuestras necesidades insatisfechas o en su opuesto, la sobreprotección que recibimos por parte de nuestros padres y de estos por los suyos, es lo que inconscientemente les mostramos a nuestros hijos a través de nuestros gustos, preferencias, valores, prejuicios, creencias, exigencias, juicios y rasgos de la personalidad, todo eso es lo que principalmente va a absorber el niño de ti. En tus discursos está contenido todo eso, pero los sermones en sí no les sirven, no les educan, no les cambian, ¿o a ti te hacían efecto los sermones de tus padres?. Ellos absorben tu actitud, tu personalidad, tu forma de relacionarte con los demás y tus comportamientos y si lo que les dices no está en coherencia directamente con lo que haces lo desechan, quedándose con el 80% restante del mensaje, el lenguaje no verbal.
¿Qué puedo hacer?
Cerrar esos asuntos inconclusos es una tarea ineludible como padres responsables que queremos lo mejor para ellos, y a eso se refería María Montessori al decir, con amarlos no es suficiente. Decidir romper el círculo vicioso e insano que como familias repetimos, pedir ayuda para conocer la "parte oculta" que te muestra su relación con él, comprender por qué ese hijo nos saca de nuestras casillas, específicamente uno y no otro, y siempre el mismo, por qué nos disgusta tanto lo que hace, por qué nos es tan difícil amarlo tal cual es, por qué estamos empeñados en que sea como nosotros queremos, en cambiarlo, por qué lo presionamos día a día para que haga o deje de hacer, son algunos ejemplos. Ser consciente de todo ello y elegir sanarlo enciende una luz para nuestra auto-realización como padres. Con ello, podremos cambiar esos gritos o enfados por aceptación y comprensión y transformar esa culpa que sentimos al darnos cuenta a posteriori del rechazo y rencor que nos genera, dejando paso a la única energía que transforma desde dentro y sana definitivamente: EL AMOR CONSCIENTE.
Todo ello requiere un acto de verdadero amor primero contigo mismo querido papá o mamá, para que luego lo puedas entregar sin condiciones a quien más quieres, tus hijos.
Si quieres ampliar más tus conocimientos sobre este tema, que espero que si, te recomiendo leer a: Laura Gutman en “La maternidad y el encuentro con la propia sombra”, a Marta Alicia Chavez en “Tu hijo, tu espejo” , Yoshinori Noguchi en “La ley del espejo”, en todos mis años de experiencia no he encontrado herramienta más poderosa para la auto sanación que la LEY del espejo. SI necesitas mi ayuda estaré encantada de contestar a cualquiera de tus dudas desde mi instagram @carmenboix_mentora.
Con todo mi Amor,
Carmen
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