El juego en los bebés y niños
Durante la época estival adquiere especial importancia el tiempo que nuestros bebés y niños dedican a jugar. El juego es un elemento básico en la vida de un niño, no sólo para su entretenimiento sino porque es vital para su desarrollo.
Es conocido por todos que a través de juego es cuando los niños aprenden. El juego tiene un marcado carácter formativo y es importante tanto para el aprendizaje como para el desarrollo social de los pequeños.
Los niños aprenden a enfrentarse a la vida jugando y la conocen a través de la actividad lúdica. ¿Quién no ha jugado a ser mamá o papá durante la infancia? A través del juego el niño explora y experimenta el mundo que le rodea.
¿Cuáles son los beneficios que aporta el juego al niño?
Desarrollo psicomotriz. Un niño cuando juega se mueve continuamente. Ejercitan todas las partes de su cuerpo y siendo una de las actividades más saludables para su corazón, pulmones, huesos y músculos.
Desarrollo sensorial. El uso de juguetes es una forma de enseñarlos a diferenciar formas, tamaños, colores, texturas.
Desarrollo afectivo. El juego les lleva a la experimentación de emociones. Alegría, sorpresa, enojo…jugando es cuando empiezan a resolver sus primeros conflictos emocionales y descubren maneras de enfrentar con afectividad los problemas de la vida real.
Creatividad. El juego es imaginación en estado puro. Despertar y desarrollar la creatividad es crucial para divertirse jugando.
Desarrollo social. El juego establece pautas de cooperación con los demás. A través de estas actividades se desarrollan habilidades sociales y se fomentan hábitos de cooperación.
Además con el juego los niños y bebés aprenden a conocer su cuerpo, sus limitaciones y cuál es el mundo que los rodea.
Las etapas del juego
El juego no es igual para todas las edades. En cada una el niño opta por unas actividades que desarrollaran más unas capacidades y dejarán otras en un segundo plano. De una forma generalizada podemos establecer tres etapas con respecto al juego en los niños.
De 0 a 2 años. En el primer año de vida las acciones que se encaminan al juego son pocas, chupar, morder y explorar es como el bebé se aproxima al mundo. Descubren objetos y texturas.
A partir de los 2 años. Comienza el uso del juego simbólico o el juego de roles. El pequeño quiere experimentar el mundo imitando los roles que le llega. Ser cocinero, bombero, astronauta, médico es lo más natural.
En la etapa escolar introducen el juego de construcción interactúan de forma más habitual con juguetes y con la cooperación en grupo. Ya distinguen el tiempo de ocio y juego con el tiempo de trabajo en la escuela.
Jugar es una forma de aprender tan importante como cualquier nivel educativo, sobre todo en los primeros años de vida de un niño. Respetar sus tiempos y su importancia les ayuda en su desarrollo.
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